Empezaré definiendo a grandes rasgos lo que es el poder, el estilo y la relación que existe entre ellos para luego explicar cómo se ve reflejada dicha relación en la era victoriana.
El poder es el dominio, la facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar, ejecutar algo o impedirlo, también es la fuerza, vigor, capacidad, posibilidad, poderío y la posesión o tenencia actual de algo ya sea de bienes o riquezas. El estilo es el conjunto de características que individualizan o le dan un carácter propio a cada una de las cosas que hace o piensa el ser humano, bien sea individual o colectivamente. El estilo es el uso, la práctica, la costumbre o la moda; puede ser usado o aplicado en la forma de hablar, de escribir, de pintar, de componer música, obras arquitectónicas y demás.
La relación que existe entre poder y estilo es de mutualismo, ya que el poder necesita del estilo como un ente diferenciador de clases sociales y el estilo necesita del poder para poder existir, ya que si el poder no implanta un estilo en una población determinada, esta población establecerá copias irregulares de varios estilos implantados en otras poblaciones aledañas, como es el caso de la globalización actualmente, donde al no haber un estilo marcado y establecido en un país la población copia los estilos de otros países. Teniendo en cuenta que los mass media han acercado a toda la humanidad a diferencia de la época Victoriana en la cual estos intercambios con culturas lejanas eran mucho más difíciles que se dieran.
En la era victoriana el poder absoluto lo tenía la Reina Victoria de Inglaterra (1837 – 1901) quien colonizó medio mundo, su principal influencia estuvo en Gran Bretaña, la India y Estados Unidos. La Reina se convirtió en el símbolo de la unión de Gran Bretaña, su reinado fue el más largo en la historia de Gran Bretaña.
El estilo victoriano fue el término que se le dieron a las tendencias en las artes decorativas imperantes durante su mandato. El estilo victoriano estuvo inmerso en la revolución industrial mezclándose al mismo tiempo con estilos que le precedieron; para muchos analistas esta época victoriana fue un retroceso para revolución industrial, ya que desde el ámbito industrial se fabricó una gran cantidad de productos de muy baja calidad, pero de una alta riqueza en la ornamentación, basada en las formas curvas, la geometría, la simetría y el naturalismo; desde el ámbito artístico-arquitectónico se dio origen al surgimiento del neogótico, atribuido a Augustus Welby Northmore Pugin, artista y diseñador inglés; en cuanto a las relaciones entre industria y sociedad, artesanado y mecanización, arte e industria fue una mezcla entre el pasado y el presente. De esta misma relación nace la idea de darle acabados pictóricos a los productos industriales, como un valor agregado, según William Morris “devolverles el carácter humano a los productos hechos por maquinas”. Gracias al interés por lo artístico dentro de lo industrial y al trabajo de artistas como Pugin, Cole, Ruskin y Morris las artes aplicadas volvieron a ser un trabajo noble y reconocido.
Durante esta época la publicidad se volvió muy importante, se les pedía a los artistas que diseñaran publicidad para atraer más al público, en muchas ocasiones estos diseños debían adaptarse a los procesos de impresión, estas adaptaciones permitieron que muchos de esos diseños se volvieran exclusivos de la época, los artistas vieron en esto una gran oportunidad para darle un mayor valor al lenguaje visual, mucha de su inspiración provenía de estilos del pasado y de modas de su tiempo.
Henry Cole fue uno de los mayores reformistas y protagonistas del naciente diseño en la época Victoriana, sus iniciativas llevaron a la formación proyectos de investigación, escuelas de diseño, asesorías a industriales y centros didácticos. Los principales parámetros de su obra son la reforma del concepto básico de funcionalidad y la necesidad de aprender a mirar. Postula una estrecha colaboración con la industria. Fue el artífice de la Gran Exposición de 1851 en el Crystal Palace. La metodología proyectual de Cole se basa en la geometría, en el organicismo, en las características invariables y la simplificación.
Owen Jones, colega de Cole dice “el fundamento de todas las cosas es la geometría y también que los colores no deben emplearse de una manera impresionista o ilusionista, sino como función espacial y perceptiva: el azul, el amarillo y el rojo acercan o alejan del observador las formas y las superficies”. La industria se volvió una rutina y no una iniciativa para el progreso, lo más importante era vender y recaudar grandes capitales a costa de cualquier cosa. Los industriales consideraron el gusto un impedimento para vender: “lo mejor es lo que más se vende”.
William Morris influyo enormemente al diseño inglés a finales del siglo XIX, gracias a sus conocimientos en el arte medieval y clásico los cuales plasmo en varias obras, esculturas, libros, publicidad, cerámicas, papel de colgadura, mobiliario y decoración en general; toda esta decoración ecléctica llamo mucho la atención de la nobleza y de los burgueses de la época. Los diseños lineales y florales entrelazados y complejos se volvieron una característica fundamental del victoriano tardío.
La influencia que tuvo el poder en el estilo se puede ejemplificar con algunas obras de Cole mandadas a hacer por su amigo el príncipe Albert esposo de la reina Victoria como lo fueron un árbol navideño que se instalo en el castillo de Windsor en 1841 y un sinnúmero de tarjetas navideñas, invento de Cole. La reina misma mando hacer varios catálogos de mobiliario y decoración. En todo momento el estilo estuvo determinado por el poder, por la reina Victoria. Una de las grandes muestras de esta influencia es la gran exposición de 1851 en el Crystal Palace, ideada por Cole y apoyada por el príncipe Albert, quien a su vez era el presidente de la sociedad real de las artes. Esta exposición tuvo una gran repercusión a nivel nacional e internacional, además de ser un ícono de la era victoriana y del diseño, empezando por la arquitectura del mismo palacio de cristal ideada por Joseph Paxton en colaboración con el ingeniero Robert Stephenson, la cual mezclaba los materiales más importantes de la época como lo eran el hierro y el vidrio; fue el primer edificio prefabricado. A partir de esta exposición nacen las ferias, además de esto fue el escenario en el cual se apreciaron los contrastes entre el artesanado, la producción industrial y la unión entre arte e industria y fue el primer encuentro entre la cultura del diseño.
La relación que había entre el poder (la reina Victoria) y el estilo (victoriano) como ya lo había mencionado antes, es de mutualismo. La reina como ente poderoso necesita tener un estilo propio, un estilo el cual sea reconocido a nivel mundial, además de ser un ente diferenciador entre la clase alta (la nobleza), la clase media alta (los burgueses), y la baja (el proletariado). Este estilo era necesario para diferenciar la nobleza de la gente común en la forma de vestir, en el mobiliario, la decoración, la arquitectura y los productos de su posesión. Con el tiempo y a pesar de esta intención de diferenciar las clases sociales, los burgueses en un afán por sentirse parte de esa clase alta empezaron a imitar este estilo. Por otro lado este estilo aunque es ecléctico necesita del poder para existir como un estilo marcado, constante, pregnante y bien definido.
1. Crf. En Journal of Design, vol. IV, 1850
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